SERVUS HISPANIARUM REGIS



viernes, 30 de enero de 2015

MAFALDA DE SABOYA, UNA PRINCESA VÍCTIMA DEL NAZISMO

S.A.R. la Princesa Mafalda de Saboya

El pasado martes 27 de enero, se celebraba en todo el mundo el "Día del Recuerdo", jornada en la que las naciones de la tierra rememoran la barbarie de la "Shoah", desatada por el IIIº Reich contra los judíos. Miembros de otros grupos étnico-religiosos y político-sociales también fueron perseguidos y, en importantes porcentajes, exterminados a lo largo de la Segunda Guerra Mundial. 
Entre sus víctimas figura una princesa de sangre real italiana, Mafalda de Saboya.

La princesa Mafalda de Saboya (Mafalda Maria Elisabetta Anna Romana di Savoia), “Muti”, sobrenombre que recibió en el seno familiar, nació el 19 de noviembre de 1902 en Roma. Fue la segunda hija de los reyes de Italia Víctor manuel III y Elena de Montenegro y hermana del futuro rey Humberto II.
Recibió, como era costumbre de la época, instrucción de profesores particulares en artes e inglés, francés y alemán, en los amplios salones del Palacio del Quirinal y más tarde, a partir de 1914, en Villa Saboya (antigua Villa Ada, que había pertenecido a los Príncipes Brancaccio y que Víctor Manuel III compró para establecerse con su familia), en las afueras de Roma.
Princess Mafalda of Italy.jpg
Una imagen infantil de la Princesa Mafalda
En 1923, Mafalda conocería en Roma al que se convertiría en su marido: el príncipe y landgrave alemán y sobrino del kaiser Guillermo II, Felipe de Hessse-Kassel (1896–1980), perteneciente a una de las más distinguidas familias de la nobleza alemana.
La esperada boda real se anunció para el 23 de septiembre de 1925, y se llevó a cabo en el Castillo Racconigi de Turín, histórico bastión de los Saboya. 
De vuelta de su luna de miel, en la que recorrieron de incógnito la Riviera italiana y Capri, los recién casados se establecieron en Villa Polissena, que se ubicaba dentro del predio de Villa Saboya y había sido diseñada íntegramente por el príncipe Felipe.
Allí nacieron los cuatro hijos de la pareja, Moritz (1926-2013), Heinrich (1927–1999), Otto (1937–1998) y Elizabetta (1940).
La Princesa junto a sus tres hijos
Ya en la década de los 30, Felipe, que sentía una gran admiración por Mussolini, pensaba que en Alemania era posible establecer un régimen fascista al estilo del italiano; y como muchos nobles alemanes, se afilió al Partido Nacional Socialista y a las S.A.. Dada su posición social, en 1934 fue nombrado gobernador de la provincia de Hesse-Hassau. Mafalda, que no simpatizaba con las ideas fascistas, se opuso al nombramiento porque no quería dejar Italia para instalarse en Alemania.
En 1943, la guerra en Europa entra en su etapa definitiva cuando los aliados invaden Sicilia y obligan a las tropas alemanas a retirarse lentamente hacia el norte. El régimen de Mussolini cae, siendo el Duce depuesto y encarcelado por orden deVíctor Manuel III. Esta situación enfurece a Hitler, que decide poner en marcha la Operación Abeba: la caza y captura de la familia real italiana a cualquier precio.
En esos momentos, Mafalda se encontraba en Sofía (Bulgaria), acompañando a su hermana Juana, Reina de Bulgaria, en el entierro de su marido, el rey Boris III. Se creía a salvo por su matrimonio con un alemán que además era miembro del partido nazi, pero ignoraba que Hitler lo había hecho encarcelar por no haber informado sobre la “traición” de Víctor Manuel III, y que además habían puesto precio a su cabeza; sólo pensaba en volver a Italia para ver a sus hijos.
El 21 de septiembre de 1943, Mafalda llega a Roma, declarada ciudad abierta, y se dirige directamente al Vaticano, donde se encontraban asilados sus hijos, ya que el resto de la familia real había huido hacia el sur. Tras el reencuentro, Mafalda decide abandonar la segura neutralidad que le ofrecía la Santa Sede para trasladarse a Villa Polissena, un error que le costaría la vida.
Al día siguiente, el 22 de septiembre, Mafalda es hecha prisionera y trasladada en avión a Alemania, donde le habían dicho que se encontraría con su marido. Sin embargo, una vez llegada a su destino, Mafalda no sólo no se reunió con su marido, sino que fue acusada de traición y llevada al campo de concentración de Buchenwald, en Turingia y confinada en el barracón nº 15, el "barracón de aislamiento", fuera del campo y oculto en medio del bosque. 
Foto: rete.comuni-italiani.it
El barracón estaba rodeado por un pequeño jardín y éste por un muro de tres metros con alambres de púas en lo alto y doce guardias de las S.S. apostados en el exterior. Se le dio un nombre falso, Frau von Veber, y tuvo absolutamente prohibido dar a conocer su verdadera identidad.
La princesa Mafalda vivía allí de forma privilegiada, en comparación con la gran masa de presos. El barracón tenía diez habitaciones, una cocina y un baño, y estaba destinado a personas socialmente relevantes. Entre la cincuentena de personalidades detenidas allí estaban, por ejemplo, los franceses Edouard Daladier, el general Gamelin, Paul Reynaud, León Blum, las esposas de ex dirigentes sindicales alemanes con sus hijos; y otros, incluyendo la familia del coronel conde Claus von Stauffenberg, autor del atentado fallido contra Hitler y ya ejecutado. 
Mafalda de Hesse compartía una de las habitaciones del barracón con el matrimonio Breitscheid y María Ruhnau, detenida por ser Testifgo de Jehová, y asignada como ayudante para la princesa. La escasa comida que recibían (aunque era aún más escasa para los demás presos) consistía en pan negro, mantequilla, un sustituto del café, sin azúcar, y sopa de carne y cebada.
Sello italiano dedicado a la Princesa 
Permaneció encarcelada en ese barracón hasta el 24 de agosto de 1944, día en que el campo fue bombardeado por aviones aliados. El Sr. Breitscheid murió aplastado por los escombros, su esposa cayó inconsciente pero con vida. Aunque Mafalda se refugió en una trinchera, resultó con heridas de gravedad, sobre todo una en el brazo a la altura del hombro, en la que el hueso le quedó expuesto. Ambas mujeres, asistidas por María Ruhnau, que sobrevivió al campo de concentración, fueron llevadas a la enfermería, y la amputación, urgente, fue retrasada por el médico responsable hasta que su situación se hizo irreversible. La Princesa falleció y fue enterrada en el cementerio de Weimar, fosa 262, como mujer desconocida. Posteriormente, sus restos serían recuperados por la familia y trasladados a una sepultura definitiva.
No fue hasta el 11 de abril de 1945 cuando Radio Londres informó sobre su muerte. Su marido y sus padres, el Rey Víctor Manuel III y la Reina Elena, se enteraron por la prensa unos días después en su exilio egipcio de Alejandría.
El príncipe Felipe debió esperar hasta 1951, cuando el gobierno soviético y el de la RDA (Weimar se encontraba en la Alemania Oriental) autorizaron la exhumación de los restos de Mafalda para poder trasladarlos al mausoleo de los Landgraves de Hesse, en el castillo de Kronberg (Alemania), donde se encuentran desde entonces.
Mafalda como.JPG
Monumento a Mafalda de Saboya

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